Conexiones entre la estrategia de campaña de la candidata Claudia Neira y la parte I de «El nuevo príncipe» de Dick Morris.
Para analizar la estrategia de la candidata seleccionada, entrevistamos a Pablo Goldring, uno de los miembros de la prensa de Claudia Neira, quien nos explicó el objetivo de la comunicación de Neira y sus estrategias para lograrlo.
Lo primero que podría asociarse de la campaña de esta candidata con la bibliografía es que su estategia está alineada a la idea expuesta en el capítulo 9 de “mujeres y niños primero”. Por poner un ejemplo, la mayoría de sus eventos recientes se concentraron, además de caminatas con los vecinos y el tratamiento de la crisis económica en debates, en reuniones con mujeres feministas para debatir los tópicos que las acomplejan actualmente respecto a sus necesidades sociales como el aborto u el acoso laboral.
El foco de su discurso no es en los intereses económicos u estéticos de los hombres de negocios, sino en las personas. Parte de la idea de que “la ciudad es nuestra casa común” y si bien reconoce que está muy arreglada en cuanto a infraestructura por el trabajo de Larreta, postula que el gobierno sólo se enfocó en pintar las paredes y las ventanas, pero no se dedicó a cuidar a la gente de adentro.
Las prioridades de su eje discursivo son la educación y la salud: Áreas desprovistas de inversión durante el gobierno de Larreta. Emparejándolo con el libro de Dick Morris, este objetivo se alínea a la idea del autor de que “la educación es uno de los pimeros temas nacionales y las escuelas pasan a transformarse en la sustancia de la agenda política”.
Dentro de este ámbito, Neira tiene su línea de militancia feminista y trabajó con comedores de la Ciudad mucho antes de que empiece su candidatura y sus acciones demuestran que ella hace tiempo “en su jornada laboral para trabajar en las cosas que a sus votantes les importan”.
Si bien ella critica el trabajo del oficialismo en este ámbito, no es desde la política del resentimiento (capítulo 8 de Morris), en un discurso donde se centran en defenestrar al opositor con tal de ganar la presencia y mejorar la imágen del político. Busca dejar de lado ese debate de situación presente versus el futuro donde se desemerece al otro. Sí estar en contra de lo que hicieron, pero tampoco desmerecer los logros que obtuvieron.
En cuanto al perfil de Claudia, al ser uno más bajo en presencia mediática y redes sociales en comparación con la de Matías Lammens, esto le genera un punto a favor dado que no está metida en los distintos escándalos como quizás si se la ve a su 3º candidata en la fórmula Ofelia Fernández, quien por su rol dentro del colectivo estudiantil y en el feminista ella tiene mayor exposición en el ámbito público.
Según el autor al votante no le gustan los escándalos donde se ven involucrados los políticos, ya que hasta que no estén comprobados con sello y firma, son solo rumores para ellos. El electorado no está tan pendiente de las virtudes abstractas del candidato, sino más bien en lo que hará este para ayudarlos a resolver sus problemas con los ciudadanos. Uno de los puntos del discurso de Neira es justamente visibilizar lo que sucede en la calle caminando en la ciudad y demostrarle a la gente que se puede salir de esa “ciudad quebrada” con presentaciones de proyectos reales.
Al igual que el capítulo 3 del libro, no es la imágen lo que gana a los electores, sino los temas. Por esos si bien se trata de posicionarla como figura política para destacarla y separarla del discurso de Lammens. Porque toma los temas propios sociales y les da un tratamiento concreto, llano, accesible a todos los votantes, independientemente del sector social al que pertenezcan.
A su vez, ella tiene un rol de ir a buscar a los indecisos en las reuniones con jóvenes, donde busca captarlos desde una línea de conversación no politizada, como una idea pedagógica para acercarse a los distintos sectores sociales en lo cotidiano con mensajes positivos, pues los negativos lo único que hacen es alejar al electorado.